lunes, 27 de octubre de 2008

"El Porquerizo"

<18.1o.2oo8>
"Él Porquerizo"
Quiero contraer matrimonio con una princesa. Por muy pequeño que sea mi reino, tiene suficiente fama. Cogeré la rosa más hermosa del rosal de la tumba de mi padre sólo florece una vez al año, y la meteré en un cofre de plata junto con él pájaro que canta todas las melodías preciosas existentes- y al momento se lo envié a la princesa. cuando a mis oídos llegaron él saber que mis regalos son despreciados, pienso introducirme en el reino, y tengo una gran idea:
-Buenos días señor emperador, vengo en busca de trabajo- le dije al emperador con unas pintas rarísimas.
-Está bien- me dijo él emperador- cuidarás de los cerdos.
Me convertí en el porquerizo, tenía una pequeña habitación y me pasaba el día trabajando. Por la noche ideé un puchero en el que al calentar suenan como cascabeles y desde él se pueden ver lo que están cocinando en otras casas.
-¿Cuánto pides por tu puchero?-me dijo una Dama
-Pido diez besos de la princesa- Respondí
Esta, fue a hablar con la princesa, que al final se decidió por darme los diez besos y el puchero fue de ella.
Después, ingenió una carraca, que al moverla sonaban todos los vals del mundo. Al cabo de un rato, apareció por mi cobertizo la misma Dama que se presentara en cierta ocasión diciéndome:
-La princesa quiere saber cuanto pide por eso.
Decidido le respondí:
-Pido cien besos de la princesa.
Pienso que la princesa no quería, pero le dejé muy claro que si no estaba dispuesta, cada uno se iría por su lado quedándose sus respectivas cosas. Entonces, cedió:
Mientras nos dábamos los cien besos, sus Damas nos cubrían para no ser vistos, y al mismo tiempo contaban nuestros besos justo cuando íbamos a por el beso número noventa y seis, apareció el rey, y dándole a su hija con una zapatilla en la cabeza nos puso a todos en la calle. Estaba cerca de ella, vi como lloraba y se lamentaba por no aceptar a aquel príncipe. Me puse detrás de un árbol con mi verdadera identidad, limpiándome la cara y vistiéndome adecuadamente le dije:
-He venido a mostrarte mi desprecio, ya que no aceptas ofrendas de un príncipe y deseas objetos de un porquerizo.
Entré en mi reino y le dí calabazas.

Carta de amor

Ferrol <14.o2.2oo8>
Querida amada:

Hoy me levanté con ganas de hacerte un regalo y te escribí esta carta para que no olvides lo importante que eres para mí. Puede ser esto una excusa para poder declararme, solo quiero poder demostrarte, lo difícil que es querer. És catorce de febrero, espero algo de valor, aunque és suficiente con que no te olvides de mi nombre. Quiero ofrecerte parte de mí, porque no quiero que pienses en dejarme. Te regalaría mi mejor sonrrisa, para que siempre te sientas protegida. Tantas cosas te puedo regalar, mis historias y todos mis buenos detalles, pero solo quiero que sepas que por ti yo daría mi vida. Dame una oportunidad déjame demostrarte lo importante que eres en mí ...

Te quiero.

Rafael Montero Gómez