miércoles, 25 de marzo de 2009

diálogo

-Espejito, espejito, estoy harta de que siempre me digas lo mismo. No te lo volveré a repetir, ¿Quién es la mujer más hermosa del Reino ?
- Madrasta ¿No ves que solo soy un simple espejo que solo puede decir la verdad ? Malgastas tu tiempo preguntándom siempre lo mismo.
- No me has contestado a mi pregunta, y no quiero enfadarme.
- Te lo he dicho a lo menos unas cinco veces, pero si insistes no me queda otro remedio que repetirte que en este miserable Reino, la mujer más bella no es otra que Blancanieves.
- ¡Lo sabía! Tenía muy claro que volverías a decir lo mismo. Eres un insensato y un infiel. No tienes ni idea de que la única mujer hermosa en este Reino soy yo, y esa muchacha, tendrá sus días contados.
- Madrasta, solo podrías cometer el mayor eros de tu vida haciéndole daño a esa pobre mujer feliz. Como no te puedo mentir, he de decirte que tú eres la mujer más envidiosa y cruel que he conocido en mis años.
-¿ Cómo puedes ser capaz de dirijirte a mí de tal forma ? ¡Como te atreves! Me estás haciendo perder la pacienia, quizás la culpa no la tengas tú, mas esa condenada de Blancanieves, tendrá su merecido por no saber dode se mete.
-¡Magestad! se lo suplico, ¡No conseguirá nada!, pregúnteme quien es la mujer mas odiosa y dire que usted, pregúnteme quien está solitaria y nadie la quiere, y le volveré a responder que usted.
-¡Maldito espejo! No te aguanto más en este plan, no te soporto de ninguna manera. se dirijió a una maceta con una flor marchita y se la lanzó. ( el espejo se rompi el mil pedazos )
al cabo de un tiempo, la madrasta recapacitó:
-Tenía razón ese espejito, y todo por no quererle hacer caso a un estúpido espejo...sola, vieja e aburrida en este inóspito Reino. No me merezco la vida- y mordió la manzana envenenada.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Redacción "El infierno "

Me llamo Lucifer, tengo unos cuantos años y vivo aquí, en el Infierno. Llevo ya una temporada larga. El Infierno es un lugar como otro cualquiera, quizás resulta raro para los que no lo conocen; no demasiado, simplemente otro lugar donde vivir. Ingresé como cualquier otra persona que quiere cambiar algo en su vida que no está contenta, demasiadas complicaciones hasta que un día aparecí donde ahora resido: un piso normalito, de ciudad, edificio de seis plantas, ningún lujo, no nos podíamos permitir esas cosas. Creo que todo el mundo tiene una idea equivocada del Infierno. No es ese lugar al que vamos cuando mueres porque has cometido algún delito, o porque no seas religioso. ¡Qué va! Está más cerca: Trabajar para conseguir dinero(un Infierno) y mantener nuestras vidas, los exámenes del instituto(un Infierno), solo media hora de Messeguer (un Infierno), mi hermano dándome la brasa(un Infierno),hacer la cama (un Infierno) …Todo eso es el infierno. ¿Quién no ha discutido alguna vez? ¿Quién no ha dado un grito, quién no ha recibido una mala contestación, quién no ha tenido un pensamiento equivocado de otra persona…? Todo eso es el infierno. Los excesos cuando te diviertes (alcohol, drogas, velocidad excesiva…) Todo eso es el infierno. Es como cualquier otro lugar.
El día a día quizás no resulte tan pesado aquí, porque nadie nos dice lo que tenemos que hacer, y a ese ser, llamado Demonio, lo tratamos como un colega de barrio, ¡Ah! se me pasaba... ¿Creéis que no estáis todos con un pie en el infierno?¡ Ojo, que no se puede vivir aquí permanentemente ! Solo un viaje de ida y vuelta, una estancia de pocos días. Puedes visitarme, venir a verme de vez en cuando, pero no os quedéis. Volved a casa, por Navidad.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Ejercicio 5, Historia

Un sueño profundo. Me levanto a las siete, con el despertador sonando la canción de todos los días, negada, bajo a tomar el desayuno. Veo a mi madre recogiendo sus cosas, miro el reloj, las siete y cuarto. Con más prisa subo y me ducho, me seco el pelo y me lo aliso, vaya, lo de todos los días. Exactamente las ocho y media, me meto en el coche y salimos en dirección al instituto. Cómo siempre me pongo los cascos y me ausento de lo que estuvieran dando por la radio del coche. Me reciben mis amigas y nos ponemos a hablar de ´nuestras cosas. És martes, un día muy duro con clase por la tarde, después de la jornada, llego a casa a comer. Preparo la mochila de por la tarde y rápidamente salgo. Las cuatro menos cuarto, espero a que llegue Lidia, y como por costumbre vamos a hacerle una visita a un chico del que trabaja en el Isaac Peral. Más tarde nos vamos a clase y por fin finalizamos la jornada con música y educación física, de lo más relajado. Paramos en la puerta, como de costumbre y nos ponemos a hablar con gente de otros institutos, tantas cosas que ¡el tiempo vuela! Dan las siete, y me pongo a caminar desde Esteiro asta el Pabellón de Mercedarias. Suena mi móvil, lo cojo y me entero de que mi mejor amiga está saliendo con mi ex-novio. Que fuerte, no me lo creo, como cualquier adolescente pienso en todo lo peor, que mi vida ya no tiene sentido y que todo está en mi contra. En cambio, reacciono de otra manera, le doy la vuelta al asunto: ¿y si es lo mejor para ellos? aún así no me pasa, es mi mejor amiga sabe que me sigue gustando.
Sigo caminando a la altura de la avenida de Esteiro, recibo otra llamada, esta vez de Rocío, una niña de mi equipo. Tenía miedo a cogerlo, porque cosas peores pueden pasar pero como no sabia que sería cojo el teléfono y escucho atentamente. Otra catástrofe, no es ella, si no su madre. Rocío fue atropellada por un coche. Me quedo en blanco y pienso que no es verdad. Cuelgo. ¿Me puede estar pasando a mí todas estas cosas? No sé que hacer por mi cabeza pasan muchas cosas. Sigo andando porque tengo que llegar a tiempo al entrenamiento. Estoy allí, las niñas me miran pero nadie me dice nada. Saben que algo malo a pasado, mis ojos rojos demuestran que lagrimas caen por mis mejillas. Me cambio y me preparo, nadie dice nada no saben que ocurre pero yo lo se casi todo. Llega la "jefa" del equipo, y nos comunica que nuestro entrenador no será esta temporada, con lo cual otra desgracia más. Nadie habla en todo el entrenamiento es como si todo estuviera en silencio lo único que se escuchaba eran los balones cuando los tirábamos a canasta. Nada más. Termina el entrenamiento cojo mis cosas y me largo, ya no quería saber nada más de ese tema. Al llegar a casa me encierro en mi cuarto, inicio la sesión de Messeguer y mis amigas me empiezan a hablar de lo de mi ex novio. Aún hay mas cosas por detrás, no las quiero ni saber, porque se que va a resultar mucho peor. Ahora le vuelvo a dar vueltas al otro asunto, Rocío, ¿que tal estará? La llamo, y me coge su madre me dice que está muy grave que es posible que no pueda volver a jugar a baloncesto y que no es consciente de nada. Ahora si, mi vida no era nada, estaba totalmente acabada, ¿porque me pasaría a mí y no a otro? Nadie me advirtió de estas cosas. Bajo a cenar muy triste, y ¡otra noticia más! Nos mudamos a vivir a Portugal. Callo, no sirve de anda protestar ya tenían planeado eso desde hace unos meses, antes de que yo supiera nada tenia escuela allí. Empiezo a llamar a todo el mundo, a mandar sms, diciendo que no volvería en una temporada.
Son las once, me meto en la cama después de ver un poco la tele, pongo música no paro de darle vueltas, no puedo dejar de llorar, siento que sobro. Mi mejor amiga no esta para ayudarme, el chico que me gusta me ha dejado a dos velas. Mi familia me lleva al extranjero, y mi otra mejor amiga no está consciente... Entre tantas cosas me quedo dormida...
Suena el despertador, la misma canción de todos los días, apurada me levanto, miro el móvil no hay ninguna llamada, ni mensajes, es martes por la mañana y todo está en orden, no hay cambios. Todo está bien.

lunes, 27 de octubre de 2008

"El Porquerizo"

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"Él Porquerizo"
Quiero contraer matrimonio con una princesa. Por muy pequeño que sea mi reino, tiene suficiente fama. Cogeré la rosa más hermosa del rosal de la tumba de mi padre sólo florece una vez al año, y la meteré en un cofre de plata junto con él pájaro que canta todas las melodías preciosas existentes- y al momento se lo envié a la princesa. cuando a mis oídos llegaron él saber que mis regalos son despreciados, pienso introducirme en el reino, y tengo una gran idea:
-Buenos días señor emperador, vengo en busca de trabajo- le dije al emperador con unas pintas rarísimas.
-Está bien- me dijo él emperador- cuidarás de los cerdos.
Me convertí en el porquerizo, tenía una pequeña habitación y me pasaba el día trabajando. Por la noche ideé un puchero en el que al calentar suenan como cascabeles y desde él se pueden ver lo que están cocinando en otras casas.
-¿Cuánto pides por tu puchero?-me dijo una Dama
-Pido diez besos de la princesa- Respondí
Esta, fue a hablar con la princesa, que al final se decidió por darme los diez besos y el puchero fue de ella.
Después, ingenió una carraca, que al moverla sonaban todos los vals del mundo. Al cabo de un rato, apareció por mi cobertizo la misma Dama que se presentara en cierta ocasión diciéndome:
-La princesa quiere saber cuanto pide por eso.
Decidido le respondí:
-Pido cien besos de la princesa.
Pienso que la princesa no quería, pero le dejé muy claro que si no estaba dispuesta, cada uno se iría por su lado quedándose sus respectivas cosas. Entonces, cedió:
Mientras nos dábamos los cien besos, sus Damas nos cubrían para no ser vistos, y al mismo tiempo contaban nuestros besos justo cuando íbamos a por el beso número noventa y seis, apareció el rey, y dándole a su hija con una zapatilla en la cabeza nos puso a todos en la calle. Estaba cerca de ella, vi como lloraba y se lamentaba por no aceptar a aquel príncipe. Me puse detrás de un árbol con mi verdadera identidad, limpiándome la cara y vistiéndome adecuadamente le dije:
-He venido a mostrarte mi desprecio, ya que no aceptas ofrendas de un príncipe y deseas objetos de un porquerizo.
Entré en mi reino y le dí calabazas.

Carta de amor

Ferrol <14.o2.2oo8>
Querida amada:

Hoy me levanté con ganas de hacerte un regalo y te escribí esta carta para que no olvides lo importante que eres para mí. Puede ser esto una excusa para poder declararme, solo quiero poder demostrarte, lo difícil que es querer. És catorce de febrero, espero algo de valor, aunque és suficiente con que no te olvides de mi nombre. Quiero ofrecerte parte de mí, porque no quiero que pienses en dejarme. Te regalaría mi mejor sonrrisa, para que siempre te sientas protegida. Tantas cosas te puedo regalar, mis historias y todos mis buenos detalles, pero solo quiero que sepas que por ti yo daría mi vida. Dame una oportunidad déjame demostrarte lo importante que eres en mí ...

Te quiero.

Rafael Montero Gómez